Todo en la manifestación es dual, tiene su par de opuestos, que le permite reconocerse en su totalidad, tal como reza el Principio de Polaridad: “todo tiene su par de opuestos, todo es dual, todo tiene dos polos, los semejantes y los antagónicos son lo mismo, los opuestos son idénticos, pero diferentes en grado, los extremos se tocan”.

Siendo cada ser el centro de su propio cosmos, al integrar las polaridades de los 6 ejes del cosmos, mediante la toma de las esencias de ciclos y ritmos, permite profunda claridad para el autoconocimiento en las diferentes áreas de la vida, así como aprovechar las cualidades y dones que están en las dos polaridades complementarias.

Por este principio de polaridad, los 12 signos del zodiaco, se puede estructurar en 6 ejes polares, que son a su vez opuestos y complementarios, lo que hace que su uso consciente con las esencias especificas permita no solo un equilibrio dinámico y activo, sino el empleo definido del gran potencial transformador en los diferentes aspectos que influyen a nivel de la salud integal, las relaciones y la vida misma.

Desde el equinoccio de primavera del 2020 y hasta su homólogo del 2021 tomamos improntas varias veces cada día  y de manera continuada durante momentos específicos, con el apoyo de geometría sagrada y sonidos particulares, de las diferencias en las fluctuaciones de las manifestaciones sutiles en las condiciones del cosmos cercano para cada momento, pasando a agruparlas luego en 108 unidades complementarias entre sí. Se obtuvieron aspectos polares, que en su unión entre sí y luego la integración con su opuesto generan la posibilidad de disponer de 108 ejes polares, 9 para cada signo, que se agrupan en 3 variantes, con 36 posibilidades a desarrollar en la terapia y el crecimiento personal.